Uno de los aspectos más fascinantes de Locke & Key, de esos que prueban que estamos ante una obra especial, es que con la aventura protagonizada por Tyler, Kinsey y Bode no acaba todo; es más, su relato es solo la punta del iceberg de un universo que esconde nuevas historias tras cada puerta de la Casa de las Llaves. Unas puertas que, como refleja este tercer volumen, tanto autores como lectores queremos abrir.
“Volvería a cruzar el infierno por vos. Siempre”
Como decimos, la historia principal de los Locke concluyó en el segundo volumen de la recopilación que nos ha traído Panini Cómics. Este tercer (y último tomo) abre una de esas puertas que nos descubre otro episodio de la mágica saga de los Locke. Uno que nos lleva atrás en el tiempo hasta los albores del siglo XX.
Y en la historia principal se nos relataban las vivencias en la Casa de las Llaves de la generación actual de los Locke, en este tercer volumen se hace lo propio con Mary Locke, desde que de niña recibe la llave del Pequeño Mundo (que vincula/replica la realidad a la casa de muñecas familiar) hasta que, ya adulta, viaja al mismísimo infierno en un cruce de Locke & Key con Sandman. Prácticamente toda una saga familiar recogida en seis capítulos que arrancan en lo anecdótico para crecer, estableciendo nexos entre episodios en apariencia independientes hasta confluir en una aventura en la que pequeños detalles antes ignorados cobran nuevo significado.
Al tratarse de una aventura mucho más acotada que la historia principal, esta permite que la idea principal de Locke & Key sea aún más evidente. Las llaves pueden ser una maldición o una bendición, todo depende del uso que hagamos de ellas. Los infantes, ávidos de curiosidad y embelesados por la capacidad de asombro que ofrece el mundo, difícilmente harán un mal uso de las llaves. Solo les mueve el ánimo lúdico y la diversión. No hay malicia en sus miradas. El problema surge cuando esa mirada se enturbia por el mundo real y las llaves dejan de ser esos objetos mágicos que nos hacen creer en lo imposible, y se convierten en herramientas de poder y control. La bendición se convierte en maldición cuando las llaves se convierten en almas.
Dodge, en la saga principal, es el claro ejemplo de la tragedia que pueden desencadenar las llaves cuando las corrompemos. El famoso mantra de Spiderman es aquí una verdad implacable: «un gran poder conlleva una gran responsabilidad». Mary y sus hermanos lo viven en sus propias carnes en estas páginas, quebrando la familia de forma irreparable. Las sensaciones son las mismas que las vividas en la trama protagonizada por Tyler y sus hermanos. El drama es una constante, pero también el amor. La tragedia sobreviene por la irresponsabilidad, pero el amor, como arma redentora, es inquebrantable.
Este tercer volumen de Locke & Key es un broche especial para la serie creada por Gabriel Rodriguez y Joe Hill. Un broche que condensa todo lo que nos maravilló de la colección principal y que, de forma sumamente inteligente y orgánica, establece unas inspiradas sinergias con Sandman y nos llevan a imaginar si de verdad no comparten universo. Todo es cuestión de creer.
Si por casualidad tenéis The Golden Age, publicado por Panini hace tres años, sabed que el contenido es el mismo que el aquí dispuesto. Es decir, para tener una edición completa (de verdad) de la serie, sigue faltando parte del material que recogía el tomo Locke & Key: Cielo y Tierra, así como el one-shot Dog Days nunca editado en español.
Deja un comentario: