«Qué bueno es volver«

 

Pues sí, Oliver, es genial eso de volver. De volver a las chanzas del ‘luchador de izquierdas’ en medio del conservadurismo de la Liga de la Justicia (sea lo que sea eso), de regresar a los retos de un tipo que apenas pelea con un arco y un set de flechas trucadas contra enemigos casi siempre mejor equipados que él, de retornar al entorno del personaje que pasó años perdido en una isla y que ahora anhela volver a tener una familia. Pero regresar también significa encontrarnos con que ECC, la editorial saliente, se dejó colgando algunos capítulos de aquel Amanecer de DC y que Panini, su heredera, lo que hace es cascarnos los dos últimos de esa etapa como aperitivo antes de lanzarnos a por la nueva que ya viene bajo el sello de All In. El resultado lo conocemos muy bien quienes hemos venido leyendo cómics de ésta y otras colecciones dentro de la ya extinta editorial catalana: Este primer número de All In Green Arrow es una puerta de entrada muy confusa para los nuevos lectores y un auténtico dolor de cabeza para el resto.

 

Porque sin ponernos a analizar quién de los dos guionistas (Joshua Williamson en la rampa de salida y Chris Condon tomando los mandos de la serie a partir de ahora) es mejor o peor, lo cierto es que quienes no hemos leído la etapa de Williamson (una pena, ya sabéis que adoro a este tipo) nos encontramos con una situación ‘familiar’ que nos deja completamente descolocados y que, además, no tiene apenas un gramo de peso en lo que viene después. Bien nos lo podían haber contado en un párrafo de introducción en lugar de colarnos el último número y el último Anual de la etapa que termina para sólo dejarnos probar ligeramente por encima lo que está por llegar a manos de Condon.

 

«Soy Batman, no confío en nadie… Bua, bua, bua«

 

Y no es que la nueva etapa pinte mal, pero apenas tenemos tiempo para ver hacia dónde se dirige o qué estilo y qué alma piensa su autor imprimirle. Apenas dos capítulos nos dan para bien poco (al menos cuando deberíamos disponer de cuatro) y sólo nos da tiempo a anotar que el trabajo detectivesco a lo Batman regresa y que la amenaza parece venir en esta ocasión del propio pasado del héroe.

 

 

Y poco más en una entrega en la que el dibujo de Montos no desentona para nada, pero que aún ha de vendernos mucha chicha para que podamos emitir un juicio justo hacia lo que DC pretende hacer con el personaje y con todo el pequeño universo por el que transcurren sus aventuras. Por el momento, deberemos aguantar hasta agosto para la publicación del segundo tomo de esta nueva colección y para ver cuales sol los puntos fuertes y los débiles de la etapa que ahora comienza en las páginas de Panini.